Análisis. En las partes seis, siete y ocho del poemario, la soledad y la muerte se entronizan en la ciudad y en la subjetividad del poeta. Replegado hacia su mundo interior, el yo poético comprende que la vida no es más que una búsqueda constante y frenética que lleva, irremediablemente, a la muerte.
Tras adentrarse con sus dibujos en el "Romancero Gitano", Cavolo (1982) regresa con su adaptación de "Poeta en Nueva York", 35 poemas en los que el poeta granadino expone sin ambages ese momento
deNueva York, ha dado lugar a una muy nutrida literatura sobre la populosa urbe norteamericana. Rubén Darío («La gran cosmópolis»), Juan Ramón Jiménez (Diario de un poeta reciencasado, Espacio), José Moreno Villa (Pruebas de Nueva York, Jacinta la Pelirroja), Federico García Lorca (Poeta en Nueva York), Pedro
Poeta en Nueva York (1929-1930), fruto de su estancia en la Universidad de Columbia, Diván del Tamarit (1939), entre otros títulos que incluyen poemas sueltos. Y el poema imprescindible: Llanto por Ignacio Sánchez Mejías (1935), dedicado a su amigo, torero muerto en la plaza. También incluye artículos y conferencias.